En algún momento todos nos hemos encontrado, o nos vamos a encontrar, con este dilema. Es hora de buscar un regalo especial cuando caemos en la cuenta de que la persona que va a recibirlo ya tiene de todo.
¿Y qué le regalamos a alguien así?
La eterna pregunta no tiene una respuesta clara pero en Aladinia tenemos algunas ideas que queremos compartir. A ver si os ayudamos la próxima vez que os encontréis en la situación de tener que hacerle un regalo a alguien que tiene de todo.
La mejor propuesta que os podemos hacer es que regaléis una experiencia. De acuerdo, ya tiene de todo pero ¿ha conducido nunca un Ferrari? ¿ha saltado en paracaídas? ¿ha podido disfrutar de una escapada a Caldea? ¿ha viajado en el tiempo a la época de Al Ándalus con una sesión de baños árabes? Probablemente no. Y éstos son solo unos ejemplos de las experiencias y actividades que podéis regalar.
Así, las experiencias abren un gran abanico de posibilidades para poder sorprender, ser original y regalar algo que la otra persona no tiene. O mejor dicho, que no ha vivido todavía.
Las hay para todos los gustos y edades. Desde parques temáticos y actividades con animales para los más pequeños hasta escapadas, vuelos en globo o cenas románticas para los adultos.
Además de ofrecer muchas opciones diferentes, las experiencias presentan una ventaja sustancial respecto los regalos materiales: generan un recuerdo que puede durar años. No se consumen y ya está, siguen presentes en la memoria por mucho tiempo.
Y todavía hay más razones por las que decantarse por las experiencias. Por ejemplo, son mucho más fáciles de compartir entre la persona que hace el regalo y la persona que lo recibe.
Basta con realizar una actividad para dos y de esta forma el recuerdo será compartido y los lazos más estrechos.
Además, está demostrado que la relación que se establece entre las dos personas al regalar experiencias es más íntima y duradera que con los regalos materiales.
¿Todavía estáis pensando qué regalarle a alguien que tiene de todo? Multitud de oportunidades para pequeños y grandes, sorpresas que no se esperan, recuerdos que duran años, posibilidad de compartirlos y una relación más estrecha entre las dos personas. En una sola palabra: experiencias. Parece que hemos encontrado una buena solución, ¿verdad?
